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EL FÉNOMENO DEL DERRAME TECNOLÓGICO

En pocos años, el ser humano se ha tenido que adaptar a unas percepciones que él no percibia. 
A lo largo de la historia, ha estado viviendo en un valle de cotidianeidad, y todo lo que no percibían en su entorno les venía dado por personas ajenas que se lo contaban; eran así latentes las limitaciones del mundo.
En cambio, progresivamente, el ser humano ha empezado a ver y a recibir información de todos los rincones del mundo a tiempo real, y esto se debe a los avances en el campo tecnológico desde sus inicios en el ámbito militar.

Por ello, ante la nueva capacidad de los cerebros de soportar constantes informaciones de diferente tipo en gran cantidad, los seres humanos ven influenciada su mentalidad dando lugar a la nueva capacidad de ver el mundo.

A raíz del progresivo derrame tecnológico, en la sociedad actual, la sociedad en red, nos encontramos con el problema o ventaja de la sobreinformación.
Sin este concepto de derrame, sería imposible concebir la sociedad de hoy en día tal y como la concebimos, puesto que altera todas las esferas que conforman la sociedad, desde los medios productivos hasta la mentalidad de los seres humanos, principales ruedas del engranaje de la sociedad.


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LA GUERRA DE LA NOTORIEDAD

Tras la finalización de la II Guerra Mundial, tiene lugar un notorio acontecimiento bélico entre los aliados: los EEUU y la URSS, comenzando la denominada Guerra Fría.
Se trata de la primera guerra sin un campo de batalla definido, en la que tendrá lugar el desarrollo de armas que no se van a emplear, donde la clave va a residir en la destrucción masiva asegurada.




EQUILIBRIO DEL TERROR

Ambas superpotencias se ven apoyadas por armamentística nuclear, la cual va a suponer la lógica del enfrentamiento. Si bien, supone una amenaza para ambos, al mismo tiempo les hace ser fuertes con respecto al contrario.
Todo esto es posible por la combinación de las tres tecnologías desarrolladas durante la II Guerra Mundial que dan comienzo a una nueva era, empleadas esta vez de manera conjunta, hecho que explicaría la sostenibilidad de este peculiar tipo de guerra.

Al complementar los tres desarrollos, la capacidad destructiva adquiere una mayor relevancia.


ENERGÍAS DE DESTRUCCIÓN 

Por un lado, las bombas atómicas, con un funcionamiento por fisión nuclear (ruptura), presentan dos pedazos de Uranio que explotan por la presión, según el tamaño.

Por otro lado, las bombas de hidrógeno, características por su energía de fusión, es decir, la ruptura de un átomo de Uranio supone la aparición de una determinada energía y presenta una mayor capacidad destructiva que la anterior.


LA NECESIDAD DE LA AUTODESTRUCCIÓN

Tras la caída del muro de Berlín en 1989, la URSS presenta una serie de carencias materiales pero sigue teniendo la capacidad de mantener el pulso al mundo occidental. A diferencia de los EEUU, la URSS tiene una industria militar exclusivamente para la creación de armas, por lo que se trata de un dinero invertido a fondo perdido.

La posición del mundo occidental es totalmente diferente, ya que además de la subvención del Estado, existe una participación de empresas privadas, dando lugar a una industria más diversificada con unos ingresos por parte de ambos (Gobiernos y los ciudadanos).


TECNOLOGÍA DEL CONTROL SOCIAL

Actualmente el Gobierno justifica su inversión beneficiosa en la industria militar con la excusa de la seguridad ciudadana, es decir, que ese desarrollo tecnológico está destinado a ejercer ese tipo de control.
En el caso de la Guerra Fría, el máximo nivel de desarrollo tecnológico lo protagoniza el submarino atómico, que supone la aplicación pacífica de la energía nuclear para movilizarlo logrando una mayor autonomía.


LA GUERRA QUÍMICA, PRINCIPIO DE LA NUEVA ERA

Hasta 1989 se mantiene esa tensión producida por la amenaza de las armas nucleares, dada la imposibilidad de su detención, es decir, de aventurarse a la agresión. 
De no haber sido por esos tres proyectos tecnológicos creados en el ámbito militar y que rompen con la lógica de las guerras anteriores, propiciando la aparición de una tecnología de destrucción masiva en la IIGM y que al comenzar la Guerra Fría se dota de un mayor alcance destructivo, no hubiera tenido lugar el fenómeno que sustenta la sociedad que hoy conocemos como tal. 
Es gracias a la propagación de ésta a otros ámbitos no  exclusivamente militares,como la sociedad se impregna de ella, afectando no sólo materialmente sino que también mentalmente. 

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LA IRRUPCIÓN DE LA SOCIEDAD TECNOLÓGICA



La tecnología se ha convertido en el motor de progreso de los cambios sociales, económicos y culturales ya que ha llevado a cabo la globalización de la sociedad y de la información. De este modo, hemos cambiado la base material de la sociedad, pasando de la sociedad industrial a la sociedad postindustrial o tecnológica.

La base material actual de la sociedad no es otra que el conocimiento tecnológico, convirtiéndose en el principal factor determinante del sistema económico, como fuente de progreso y de productividad; así como del fundamento del progreso social, estableciéndose así en la era de la información.

Para determinar el origen de esta nueva era en la que nos vemos sumergidos, deberíamos analizar una serie de indicios claves en la II Guerra Mundial que vendrían a conformarla.


En primer lugar, el desarrollo del Cohete V2 en una isla del Báltico, considerado como el primer misil balístico de combate de largo alcance y que realizaba un vuelo suborbital. Se trataba de un diseño de Wernher von Braun que logró una gran relevancia en cuanto a la tecnología armamentística inventada hasta ese momento. En todo momento lo que se buscaba era incrementar la eficacia de los cohetes, convirtiéndolos en armas viables. Cuando el cohete estuvo a punto, se destinó al ataque de Londres principalmente.
 
En segundo lugar, la invención de la primera bomba atómica por parte de los EEUU. El proyecto científico recibió el nombre en clave de Proyecto Manhattan, el cual tenía por objetivo desarrollar la bomba atómica antes que la Alemania de Hitler. Esta investigación fue dirigida por Julius Robert Oppenheimer y por Leslie Richard Groves. El proyecto culminó en un tiempo record 2 años 3 meses y 16 días, dando lugar a la producción de dos bombas, una que iría destinada a Hiroshima y la otra a Nagasaki.
  
Por último, la máquina Colossus, que se convertiría en el primer ordenador de válvulas creado por el Gobierno británico con intención de captar las comunicaciones cifradas de los alemanes durante la II Guerra Mundial, según la definición de Alan Turing. La máquina podía utilizarse para romper el cifrado y leer los mensajes.


De esta forma, unos independientes de otros y con motivos militares, surgen estas nuevas tecnologías que demarcarán el inicio de una nueva era, hasta nuestros días.